Hoy por hoy, la carrera está totalmente sumida en la mediocridad, estancada y sin perspectivas de desarrollar, crecer y peor ponerse a la altura de los avances científicos y tecnológicos de la ingeniería civil. Pese a que nuestra área es la que tiene mayor proyección y futuro con respecto a otras carreras.
Esta situación hace que la carrera no responda a los problemas del país y la región, es inadmisible que la carrera no tenga proyectos y no diga nada frente a problemas que ocurren en nuestras narices, como ser el tema del relleno sanitario y la basura en Cochabamba, el grave problema de la planta de Alba Rancho y la contaminación del Rio Rocha, los constantes perjuicios y derrumbes en el “Sillar”, la falta de agua en nuestra ciudad, que pasa con Misicuni, el problema del tráfico vehicular en la ciudad, la contaminación de nuestro medio ambiente, o el reciente problema geológico de Villa Rivero, podemos ir mencionado un sin fin de problemas en los cuales la carrera fácilmente podría convertirlos en objetos de investigación y estudio, incorporando a estudiantes y docentes, probar y constatar en la práctica nuestros conocimientos teóricos. Pero nada de eso les interesa a las autoridades y dirigentes de la carrera, más que el beneficio y el lucro personal.
La gran mayoría de los docentes nuevos tampoco logran superar los viejos y anacrónicos métodos de enseñanza de los docentes viejos (memorística y puramente de pizarra), donde el estudiante ideal es aquel que puede repetir o mecanizarse bien algunos ejercicios para el examen. No les interesa esforzarse para unir teoría y práctica.
Hasta ahora la famosa acreditación, solo ha sido “discurso distractivo” para no resolver los verdaderos problemas que atingen a la carrera, como ser: la pésima calidad en la selección de docentes nuevos, la falta de varios laboratorios indispensables para nuestra formación, los pocos que hay como hidráulica y geotecnia son aislados del proceso enseñanza aprendizaje, o el laboratorio de “pasillo” como ocurre en Tecnología del Hormigón. No hay voluntad de actualizar y equipar el Gabinete de Computación, es inaudito que una carrera como la nuestra no cuente con un simple “plotter”. Para el colmo de los colmos, a la carrera le están quitando sus recursos del IDH (80.000 $us anuales) para construir el nuevo edificio de la facultad destinado a laboratorios de ciencias básicas, dichos laboratorios que ha ingeniería civil no le sirve para nada.
Es hora superar esta situación, lo primero es cerrar el paso a dirigentes incapaces que no saben luchar, que solo buscan gozar de favores académicos para su pronta titulación, es hora de plantearnos retomar las bases de la FACULTAD DE INGENIERIA CIVIL, que nuestra carrera empiece a construir su propio destino, mientras seamos una de entre 17 carreras, siempre estaremos subordinados a los demás.
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